Tortilla española con pimientos de Padrón

Tortilla española con pimientos de Padrón

«Pementos de Padrón, unhos pican e outros non» esto nos cuenta la sabiduría popular gallega en un refrán, esto significa para aquel que no entienda el gallego que los «Pimientos de Padrón, unos pican y otros no». Como buenos gallegos haremos honor a nuestra tierra con esta clásica receta. Desde principios hasta finales de verano estos pimientos nos degustan con su sabor tanto acompañando un plato principal o como aperitivo. Hemos decidido sacarlos al lado de la tortilla española al ser uno de los platos preferidos de estas fechas en nuestra casa.

Ingredientes

Patatas
4 grandes
Huevos de gallinas felices
8
Cebolla
0.5 opcional
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
Pimientos de Padrón
100 Gramos

Cocinado: 15 min
Preparación: 10 min
Raciones: 3
2 4,5

Preparación

Lavamos los pimientos y los ponemos a escurrir encima de un trapo. Pelamos las patatas y las cortamos en lascas lo más iguales posibles como en la foto (en Galicia se llama "liscar") para que se cocinen por igual, cogemos una sartén antiadherente de 24 cm aproximadamente, la ponemos al fuego y añadimos abundante aceite. Dejamos calentar el aceite y añadimos las patatas. Dejamos freír el primer golpe a fuego fuerte sin removerlas para que no se rompan y se peguen entre ellas. Pasado unos segundos pondremos a fuego medio y dejamos freír sobre 10 minutos aproximadamente dándoles una vuelta de vez en cuando sin dejar que se tuesten. Hacia el final, cuando la patata esté casi hecha, sería el momento para añadir la cebolla bien picadita para que se poche unos segundos, esto solo si se quiere con cebolla. Cogemos un bol, agregamos los huevos y los batimos. Añadimos una pizca de sal y los removemos, con ayuda de una espumadera vamos retirando las patas de la sartén para incorporarlas a los huevos batidos. Echamos un puñadito de sal a las patatas y removemos para que la patata se mezcle bien con el huevo. Escurrimos el aceite de la sartén para una taza u otro recipiente, este aceite se puede reutilizar para otras frituras. Volcamos el contenido del bol en la sartén y asentamos para que quede bien repartido, con un movimiento de mano en el mango de la sartén ya se asienta solo. Ponemos la sartén a fuego medio tirando a alto, y con la ayuda de una cuchara de madera la vamos pasando por el borde para formar la tortilla y despegar el huevo del borde. Al mismo tiempo movemos la sartén para ver si la tortilla se mueve en bloque o si aun esta muy liquida. Si la tortillas se mueve en bloque estará lista para dar la vuelta, por esto es muy importante que la sartén sea antiadherente y que no pegue, cogemos un plato del diámetro de la sartén y lo colocamos como una tapa de la sartén. Agarramos bien la sartén con una mano y empujamos con la otra mano el plato hacia la sartén. Con un movimiento rápido y decidido damos vuelta a la sartén. No dudéis, si dudáis se os puede ir al garete. Una vez que tenemos la tortilla en el plato, ponemos la sartén al fuego, acercamos el plato a la sartén y volvemos a poner la tortilla en la sartén dejándola escurrir por el plato. Dejamos cuajar el huevo sobre 2 minutos aproximadamente cuando notemos la tortilla compacta estará lista para sacar, colocamos el plato encima y volvemos a repetir la operación pero ahora ya la dejaremos en el plato. Cogemos una sartén con fondo alto, añadimos aceite abundante y lo ponemos a fuego fuerte. Cuando el aceite esté caliente, añadimos los pimientos bien secos, sino corréis el riesgo de sufrir alguna quemadura ya que saltara el aceite por culpa del agua. Le damos vueltas con ayuda de una cuchara de madera hasta que notéis que empiezan a dorarse. En este momento los retiramos de la sartén para un plato con papel de cocina, les echamos sal y los dejamos escurrir el aceite unos segundos, requieren un puñadito de sal generosa ya que el pimiento necesita bastante sal.